Las empresas se mueven habitualmente por caminos seguros, al menos suele ser su preferencia, sin embargo también casi toda empresa dice innovar. Basándonos en cifras de estimaciones sobre empresas innovadoras, parece que quedan sin aplicarse está deducción un 50 a 60% de las que podrían hacerlo. ¿por qué?
Podemos identificar tres razones por las que esto ocurre:
- Quien suele liderar está deducción suele ser el departamento financiero, habitualmente excesivamente conservador y extraño a las actividades de I+D+i.
- Debido a la incertidumbre en la autoliquidación del IS, que no depende de la empresa, sino de la que existe sobre la validez de las certificaciones, incluso los IMV de Mineco, respecto de lo expresado por la AEAT que se reserva siempre la última palabra en Inspección o Tribunales.
- La distancia entre los departamentos Técnico y Financiero, más aún cuando la parte fiscal es gestionada por asesorías externas.
Desde ATEC+ID queremos trasladar a las empresas, o descargarles, de la realidad que supone la gestión de las deducciones por I+D+i, colaborando en la realidad de cada una y su esfuerzo de mejora e innovación. La propia innovación requiere gestionar un mínimo riesgo, una cierta capacidad de asumir que no todo sale bien, ,o que se ha denominado “tolerancia al eror”, incluso las deduciones por I+D+i no exigen que el resutado resulte siempre en lo previstio o en un resultado plenamente exitoso. Si una empresa realiza esfuerzo en I+D+i ¿por qué no aprovechar este incentivo, u otros relacionados?