Control de Calidad
Es importante salvar las distancias entre el “control de calidad” y un “sistema de calidad”, los clientes no compran un sistema y sí compran productos o servicios. La razón de ser de un sistema de gestión de calidad está en que garantiza al cliente que el producto que compra es el que él demanda. Esto puede parecer una obviedad, sin embargo no lo es, ya que la necesidad impuesta desde las matrices de las corporaciones para obtener las certificaciones, en ciertas ocasiones, confunden la satisfacción de disponer del sello con la efectividad del sistema sobre la calidad del producto que llega al cliente. El producto o servicio es el resultado de diversos procesos, no sólo del hecho de fabricarlo (producción) y por ello, para mejorar el desempeño cualitativo e incluso cuantitativo, es necesario incluir otros procesos dentro del control, estandarización y sistematización.
ATEC+ID implanta sistemas de gestión de la calidad certificables
Implantamos sistemas de gestión de la calidad certificables, bajo diferentes normas, especialmente ISO 9001:2015, GDP (Buenas Prácticas de Distribución de Medicamentos), los integra con sistemas de gestión ambiental ISO 14001:2015, de PRL OHSAS 18001 o de la I+D+i UNE 166002, así como también sistemas EFQM. en todos ellos se ofrecen soluciones en soporte informático, respecto de los documentos y tablas, incluso bases de datos, y asistencia en la instalación informática y mantenimiento, consúltenos.
Otro aspecto que en los últimos años ha suscitado mucha controversia es el concepto de excelencia. En sistemas de gestión tradicionales, del tipo ISO 9001 se venía entendiendo la excelencia como el nivel que se alcanzaba cuando todo el perímetro de las empresas, hasta los clientes finales estaba considerado en el mismo, no había exclusiones y además existía certificación de la ISO 9004, por lo que con la versión 2015 la norma se enfoca en esta dirección. Estas consideraciones no siempre igualaban el nivel de gestión de los sistemas EFQM, por cuestiones de ámbito y alcance. Una organización no es excelente porque ella lo afirme, sino porque lo afirmen los demás.