Resultados desde el primer año
El concepto de excelencia se estructura entorno a la mejora continua y consecución de la eliminación de rechazos en cualquier proceso de la empresa, siempre que esos caminos u/y otros se traduzcan en la obtención y perfecto encaje de todos los detalles de los procesos y de su interrelación, que permitan alcanzar niveles de “cero defectos” o six sigma. Existen varios sistemas o modelos de gestión orientados a este objetivo y modelo, que son fundamentalmente:
- Lean y Six Sigma: Metodologías que se emplean para la mejora continua de procesos. Se pueden combinar.
- Cuadro de Mando Integral (Balanced Scorcards/Dashboards)
- Gestión/Automatización de los Procesos de Negocio (BPM – Business Process Management)
- Reingeniería de Procesos (Business Process Re-Engineering)
- Tecnologías de Análisis de Datos
- TQM (Total Quality Management)
Varios son los vectores que determinan los objetivos que se persiguen las empresas que se inclinan por la implantación de estos modelos, como reflejar el valor en el precio del producto, el aumento de la eficiencia o la reducción del coste, pero la fundamental es lograr la satisfacción del cliente. Además, estos métodos permiten reducir defectos, incrementar la cuota de mercado y retorno, reducir los riesgos operacionales, el cumplimiento de la normativa, alinear las actividades con los procesos, adaptarse a una compra o fusión, adaptarse a nueva regulación y otros.
En el universo de contenidos sobre los que estos programas se aplican, se distinguen los proyectos en base ados parámetros clave, la duración y el impacto, siendo lo habitual que la mayor parte de los proyectos sean de 3-6 meses de duración, después de 6-12 meses, en tercer lugar de menos de 3 meses pero sigue habiendo un porcentaje significativo del 15% que no mide la duración de los proyectos de mejora. Es difícil seleccionar departamentos específicos en que aplicar un programa de este tipo, sin considerar su relación e interactuación con otros procesos.
Este tipo de programas requiere necesariamente de un acceso inmediato y completo a los registros de rendimiento, productividad, a conocer a todos los directores o jefes de departamentos, al conocimiento de los productos, servicios, y competidores, a los aspectos claves de los clientes, a los procesos core o pilares de la empresa, al histórico de programas de cambio, a las capacidades para realizar cambios, a las personas con influencia y a los detractores,… y finalmente a reconocer inmediatamente lo que se ve. Todo ello, hace complicado que una persona interna sea la encargada de dirigir un programa de excelencia, y a que las barreras son generalmente insalvables. Por el contrario, una empresa externa presenta una imagen de objetividad, que junto a una cierta autoridad delegada, le permite llegar más rápido donde de otra forma sería complicado.
La implantación de estos métodos comienza a dar resultados desde el primer año, pero alcanzan su madurez en unos años.
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