Existen cuatro estrategias básicas de mantenimiento actualmente identificables: reactiva, preventiva, predictiva y proactiva. La estrategia reactiva, consiste en esperar una rotura o mal funcionamiento para actuar y reparar. El mantenimiento preventivo se basa en actuar en base al paso de un cierto tiempo o plazo. La estrategia predictiva se basa en el planteamiento de actuar tomando decisiones en función de los registros o datos que arroja un equipo o instalación. Pero entre el 2% y el 5% de las compañías, que logran los mejores niveles de competitividad y costes, funcionan con modelos proactivos, donde el control y el registro de estados se hace proactivamente, la proactividad de las personas es la clave en esta estrategia.
ATEC+ID colabora con su empresa para evolucionar hacia sistemas de mantenimiento avanzados, para ello,nuestra labor se estructura de forma genérica en:
- Conformar un equipo de trabajo
- Realizar un diagnóstico del estado actual del mantenimiento y sus costes
- Establecer un plan de reuniones
- Caracterizar los elementos del proceso productivo (por zonas)
- Identificar los elementos principales por coste y por su repercusión en la eficiencia
- Establecer pasos para una implantación progresiva
- Lograr un funcionamiento sistemático y consistente
Nuestro planteamiento se dirige a enfocar la estrategia para lograr un mantenimiento proactivo, tal quecualquier persona (mantenimiento, producción,…) participe en el mantenimiento de procesos y planta.
Los resultados de estos programas son evidentes:
- La reducción del impacto del mantenimiento en la producción
- Generar recomendaciones para un mantenimiento en base al estado del equipamiento
- Cambiar el gasto, de reactivo a preventivo
- Reducir el coste de ese personal en un 50%
- Reducir el coste de las revisiones en un 30%
- Incrementar la disponibilidad de instalaciones, al menos en un 10%
- Reducir el consumo de repuestos en un 5% aproximadamente
Cualquier persona de la empresa que se desenvuelva en una zona de trabajo debe ser capaz (con una mínima formación) de identificar la ruta de supervisión, seguirla y realizarla, para elementos estándares (lectura de contadores, temperaturas, niveles, etc), dejando solamente equipos críticos para una supervisión más especializada.